Hacer fila mientras sudas

Mientras espero para entrar a un bus, miro como algunos y algunas se saltan la fila valiéndoles un culo el tiempo de los demás. El calor me juega en contra y sudo. Huele a todo y ninguno de esos aromas es precisamente una fragancia de rosas. Es hora pico y las unidades no abastecen la demanda. Las personas luchan por conseguir un asiento y llegar cómodas a su destino. El asiento parece un trofeo por el cual competir, pero no quiero. Me resulta abusivo no respetar el puesto para ganar comodidad y, francamente, lidiar con brutos desde la mañana es dañarse el día completo.

Seguramente más de uno ha vivido la anterior escena. Incluso hay rótulos que indican que se debe respetar la fila (¿o quizá ya no estén?). Aunque no creo necesario que una señal deba influir tanto como para que nos comportemos de forma adecuada y con sentido común. No es tan difícil de hacer y si estás atrasado/a, lo lógico es asumir el error y no creerse un vivísimo/a que está por encima y debe irse antes que el resto. Aupado seguramente por el ‘yo hago lo que me da la regalada gana’.

Lo mismo ocurre al conducir. Siempre hay algún imbécil dispuesto a hacer doble fila en otro carril que no le corresponde y adelantar, cagándose en los demás. Capaz y hay casos de conductores que tenían una emergencia real y les tocó, pero el resto básicamente se motiva en la bacanería de su habilidad al volante. Nada más. Tal como vivir la ley de la selva, con la diferencia de usar el sonido del claxon para abrirse paso y llegar donde desean.

Esta molestia, aparentemente simple, de la cual asumimos como ‘es que así mismo es la gente’ hace daño y ningún bien. ¿Por qué? Porque el tiempo de todos y todas es sumamente valioso y nadie está por encima de otro. La tolerancia nada tiene que ver con permitir conductas abusivas. En el ejemplo descrito de los usuarios de bus, no solo que genera incomodidad sino un riesgo innecesario: atasca el acceso y los pisotones pueden llevar a un daño en los pies o en otras partes del cuerpo. Y en cuanto a lo dicho por los conductores, podría ocurrir un choque grave o leve. Todo por no esperar.

Sé muy bien cuánto cansa esperar, con la urgencia de no llegar con retraso, y entiendo que el tráfico vehicular es una mierda. Eso no justifica que nos comportemos despóticamente. Es cuestión de ponerse detrás del que ya está ocupando la fila y esperar tu turno. No requiere de realizar una complicada operación matemática o una muestra de empatía por alguien que no conoces. (Veo mucha apelación por la empatía últimamente.) Se trata de actuar con sentido común y respeto.

Con eso el mundo no se convertirá en un edén. Será, no tengo duda, una forma más amena de llevar el peso de la vida mientras esperas. A mí, lo confieso, me ahorrarían unas cuantas maldiciones de las putas iras de ver gente abusiva haciendo de las suyas. Y aunque sé que mañana volveré a ver esa simiesca escena, me alienta saber también que hay quienes si respetan una fila para acceder a un servicio.

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