¿Por qué abril?
Porque puedo y porque quiero y, nos sobran los motivos, como diría Sabina. Por eso doy inicio a este blog que se distingue con la etiqueta Abril Para Siempre. Un mes muy especial para nosotros los artistas (permítanme esa ligereza), pero la vanidad es parte de la humanidad, siempre que no venga cargada de un sesgo como el del actual presidente Guillermo Lasso, cuya mediocridad y desatino cobran más de un dolor a los ecuatorianos y ecuatorianas.
Adelanto con eso que habrá comentarios de política, no como ventilador de ningún partido, sino como la mera reflexión de un ciudadano común y corriente. Tampoco será lo único, como para que no desistan desde el inicio. Dado que no hay muchas libretas físicas que yo tenga, este espacio también será el asidero de mis pasiones y frustraciones. Sabrán disculparme pero no tengo mucho interés de ir a una consulta psicológica, pues los fantasmas que me habitan ya son parte del ser extraño que soy.
También espero pulir mi escritura y hallar una musa, para sacar el romanticismo que tengo cargado por dentro y no halla una puerta para salir, o quizá necesite de una ventana y yo no haya sido capaz de entenderlo así. No pretendo mejorar la vida de nadie, sino darme algún acierto en medio de tantas frases. Espero, eso sí, no hacer daño a nada ni a nadie. Esa fue una de las respuestas que di cuando me preguntaron cómo sería para mi llevar una vida plena.
Y aunque la frase cumplió el propósito que no me molesten con otra pregunta sobre el mismo tema, tiene un peso brutal. A veces, demasiadas veces en realidad, terminamos haciendo daño. La sola presencia humana ya implica contaminación en el ambiente. Ni qué agregar cuando le rompemos el corazón a un ser querido. Así somos, seres de luz y sombras. Diría que más lo segundo pero jamás he salido de mi país, y me gusta hablar con las pruebas en las manos.
Intento decirlo todo, sin llegar a decir nada, o tal vez sí. Solo tengo conmigo la certeza que se ha vuelto necesario expresar en la palabra escrita para encontrarme. Quizá pueda y reírme un poco del proceso en el camino. Ya del tiempo ni me preocupo, porque siempre será abril.
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